Análisis general sobre traumatismos y lesiones y sus diferentes tratamientos, así como conocer el cuerpo y todo lo que afecte a su salud

viernes, 2 de septiembre de 2016

CIATICA II

El nervio ciático se origina en la zona lumbar y sacra y discurre en sentido descendente por la pierna hasta el pie.

¿Siempre reposo absoluto?

Cuando hay un dolor agudo es necesario disminuir la actividad física diaria pero haciendo únicamente reposo este nervio no se descomprimirá en el lugar donde esta pinzado. Y aquí es cuando aparece la figura del fisioterapeuta.

¿Cómo tratarla?
Para tratar la ciática será necesario realizar una buena exploración y razonamiento clínico que nos permita averiguar cuál es la causa o causas del de estos síntomas. Una vez realizada la exploración, podremos definir los objetivos de nuestro tratamiento. Estos objetivos deberán ir enfocados en primer lugar a disminuir el dolor y/o la sintomatología, pero abordar también las causas de estos y, cuando sea posible, la causa original.

-PUNTO GATILLO:
Una de las posibles causas de este dolor, y que no supondría una ciática puramente hablando pero sí que puede dar un dolor referido muy parecido, sería un punto gatillo (zona de máxima tensión) de ciertos músculos de la cadera o algún dolor referido de ciertos ligamentos de la zona lumbar. Tratando el punto gatillo o relajando el ligamento en cuestión, la persona notará  rápidamente una importante mejoría en su dolor.

- AFECTACIÓN DEL NERVIO CIÁTICO:
Si pensamos que la causa está relacionada con el nervio ciático, deberemos explorar en que zona se encuentra afectado. Así pues deberemos ir realizando diferentes pruebas para ver el estado del nervio en diferentes zonas de paso. Estas consisten en provocar el deslizamiento del nervio o ponerlo en tensión y observar si se reproduce la sintomatología.

El dolor de tipo nervioso es muy doloroso y provoca una sensación muy desagradable pero eso no significa que no podamos hacer nada al respeto. Si el dolor es realmente fuerte debido al pinzamiento del nervio, empezaremos moviendo el nervio des de las zonas más alejadas posibles de la zona de dolor. A medida que ese dolor vaya remitiendo, podremos tratar zona más cercanas al punto donde esta pinzado hasta finalmente llegar en dicho punto.

-EXPLORACIÓN MUSCULAR:
También será importante la valoración del estado de la musculatura afectada o que discurre cerca del recorrido del nervio, así como de los diferentes tejidos (ligamentos, fascias, aponeurosis) que podrían repercutir sobre el nervio. Uno de los pasos más comprometidos del nervio ciático es cuando pasa por el músculo piramidal o piriforme que se encuentra en la zona glútea del cuerpo. Muchas veces se confunde el síndrome del piramidal con una ciática ya que la sintomatología es muy similar. Otra zona de dificultad es la cabeza del peroné, donde la persona puede presentar hormigueos en la parte lateral de la pantorrilla y el pie.

- OBSERVACIÓN DE LA COLUMNA VERTEBRAL:
Debido que el origen del ciático está en la columna vertebral, también realizaremos una valoración de la misma, para ver si se encuentra correctamente alineada y si hay alguna restricción en cualquier movimiento que impida su correcto funcionamiento. Por ejemplo, podemos encontrar una vértebra girada hacia un lado o que este bloqueada en flexión o extensión. Esta posición incorrecta afectará a los ligamentos que se encuentran entre las vértebras y estos pueden ser el desencadenante de nuestro dolor.

Como podéis observar y como ya hemos mencionado en otros artículos, en muchos casos la causa es multifactorial. Es decir, no encontraremos un único punto afectado sino que puede que diferentes puntos resulten responsables de la ciática. En muchas ocasiones, cuando se ha eliminado la sintomatología nos olvidamos del problema, pero es necesario continuar con el tratamiento de la causa para disminuir su reaparición.

Por este motivo, una valoración global de la estática y la dinámica, puede resultar muy provechosa para encontrar la causa original y evitar que estos problemas se reproduzcan.

Una de las afectaciones más comunes es la conocida como ciática, un dolor que aparece en la parte baja de la espalda y puede llegar hasta el pie, en este artículo pondremos ejemplos de ejercicios a realizar en la prevención de este tipo de molestias y dolores que tanto limitan el movimiento y la actividad diaria a muchas personas.
Para la exposición de los ejercicios nos centraremos en los aspectos determinantes a tener en cuenta ante problemas de ciática:
Autoelongación, Flexibilización del nervio, estiramiento de la cadena posterior y control pélvico-lumbar.

A) Autoelongación:
Con este tipo de trabajo estamos implicando la musculatura profunda vertebral, que a menudo está fatigada debido a malas actitudes posturarles y en consecuencia no actúa correctamente, no siendo capaz de cumplir con su función y generando desajustes a nivel vertebral que pueden incidir en el nervio.

1) Autoelongación de pie:
Importante no hechar el cuello hacia delante, sino mantener la alineación de la espalda.





2) Autoelongación desde cadera atrás:
Manteniendo en todo momento el autocrecimiento y la aliniación de la espalda debemos inclinarnos hacia delante a partir de llevar la cadera hacia atrás.



3) Autoelongación sentado:
Sentados en un banco o silla, situamos el tronco en autocrecimiento. Podemos poner las manos destrás del cuello, y buscamos echar el tronco hacia atrás manteniendo la aliniación de la espalda y cuando controlemos este movimiento realizarlo con una pequeña rotación hacia un lado.





B) Flexibilización del nervio:
A menudo los nervios que circulan por nustras piernas se ven comprimidos, se vuelven más rígidos debido a compresiones a nivel lumbar, del músculo piramidal o por el acortamiento de la musculatura posterior de la pierna.

Con este ejercicio buscamos poner en tensión el nervio ciático, que nos permitirá mejorar su flexibilización. Para ello necesitamos sentarnos y situar el tronco en una posición de avatimiento, curvando la espalda y con el cuello hacia delante. El ejercicio consitirá en mobilizar la punta del pie, alejando los dedos de la pierna y acercándolos. A la vez que alejamos los dedos llevamos el cuello hacia abajo y cuando acercamos los dedos levantamos la cabeza sin dejar de curvar la espalda.
Ilustramos el ejercicio sentados en el suelo y con una pierna estirada, pero podemos hacerlo sentados con las piernas sin que lleguen a tocar el suelo y estirando una pierna para relaizar el ejercicio o bien sentados en el suelo con las dos piernas estiradas y moviendo un pie (sobretodo el del lado afectado)






C) Estiramiento de la cadena posterior:
1) Estiramiento global:
Tumbados en el suelo con las piernas levantadas, mantenemos las distintas posiciones 4-5 respiraciones profundas. No todas las personas podremos mantener las piernas completamente estiradas con la cadera en la base de la pared con el suelo ya que antes tendremos dolor. Si es así, separamos la cadera de la pared y las estiraremos hasta donde podamos, siempre sin notar en ningún momento ni hormigueos ni dolor. La punta de los pies siempre debemos inclinarla hacia el suelo para aumentar la tensión del estiramiento, al tratarse de un estiramiento global, el tronco estará en posición de autoelongación, para ello llevaremos la barbilla hacia el cuello sin dejar de apoyar la cabeza en el suelo (doble mentón).



2) Estiramiento de la zona lumbar:
En todo momento sentado sobre los talones, miramos de estirar al máximo los brazos e ir poco a poco hacia un lado y posteriormente al otro para acabar otra vez en la posición inicial.



3) Estiramientos de isquitibiales con control de la zona lumbar:
En todos los estiramientos de isquiotibiales, para evitar la compensación, evitaremos la curvatura de la columna. En todos los casos pasará por ir hacia delante lo máximo que podamos mientras podamos mantener la posición normal de la columna, previa activación del transverso del abdomen y en una posición de autocrecimiento de toda la columna vertebral. Debemos estirar la pierna hasta donde podamos, si no llegamos a estirarlas del todo no pasa nada, poco a poco iremos consiguiendo estirarlas más.





D) Cotrol pélvico-lumbar:
1) Desde la cuadrupedia:

Desde la posición de cuadrupedia, manteniendo la aliniación de la espalda en todo momento y en situación de autoelongación, estiramos una pierna poco a poco controlando que la pelvis no caiga hacia el lado de la pierna liberada.
Cuando dominemos suficiente este ejercicio podremos realizar el mismo ejercicio pero liberando la pierna y el brazo contrario.



2) Desde la cuadrupedia con rotación externa de la pierna libre:
Como en el ejercicio anterior liberamos una pierna pero ahora realizamos la rotación externa de la pierna libre.




3) Gato + Caracol:
Éste es un ejercicio de mobilización de la columna vertebral y también de la zona lumbar que ayuda a mejorar la flexibilidad.




4) La silla:
En este ejercicio buscamos la implicación de los músculos de las piernas encargados de la estabilización de la pelvis.
Podemos realizarlo de forma estática, manteniendo la posición durante un determinado tiempo o bien, cuando seamos capaces de mantener la postura de autocrecimiento en estático realizarlo de forma dinámica, con la flexión y extensión de las piernas. Si introducimos una pelota o algún objeto que podamos aguantar entre las dos piernas estamos implicando también la musculatura adductora.


                                                                                                                                       Extraído de:  Nutrición y salud deportiva


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